Introducción: El apogeo del turismo y la decadencia del turista, recuerdo décadas atrás, cuando comenzó a estar al alcance de la clase trabajadora el acceso al turismo, una actividad que estaba reservada solo para la clase alta,  que podían permitirse un vuelo inter oceánico para conocer mundo. Comenzaron los vuelos «chárter», que ofrecían tanto las compañías aéreas como agencias de viajes, previo a los vuelos low cost.

El apogeo del turismo y la decadencia del turista

En la actualidad y debido a los vuelos low cost, el intercambio de vivienda (incluso de sofá), el alquiler por días…viajar no solo no es un lujo, sino que ha pasado a ser una necesidad de reconocimiento social. Décadas atrás, viajar era tirar el dinero, el ciudadano común prefería cambiar su coche, decorar su casa…cosas que se pudieran ver, cuantificar, pero con la llegada de las redes sociales, se ve más un viaje,  y se valora más la foto de un viaje, que salir posando en un coche que es algo hortera y de mal gusto.

Me crié en una familia que les daba exactamente igual el coche y la casa, para mis padres viajar era abrir la mente, conocer otras realidades,  y las fotos en papel solo estaban al alcance de los verdaderos amigos, porque nadie que no te aprecie de verdad,  se va a pasar una tarde viendo diapositivas en la cocina de tu casa. Viajar era más propio del bohemio o el intelectual, personas que les daba igual  que el vecino de enfrente aparcara su flamante coche nuevo y te mirara por encima del hombro, para mis padres el coche era un medio de transporte, viajar era una necesidad espiritual y el que presumía, solo dejaba de manifiesto su pobreza mental.

La consigna de mis padres era NUNCA repetir destino, había mucho mundo por conocer,  y antes de realizar un viaje se tiraban meses armando el itinerario. Otra de las consignas era no perder tiempo en centros comerciales, comprar, las cosas, nunca han sido la motivación de un viaje. Recuerdo el peor destino que conocí en mi vida: Miami…viajamos en un vuelo Charter y la gente solo pensaba en COMPRAR, en aparentar….cuando a mí personalmente me avergüenza haber tirado el dinero en un destino sin cultura, de la apariencia y la superficialidad que rozan con el mal gusto. Me sucede lo mismo cuando veo fotos de Abu Dhabi, una ciudad igual de opulenta que insostenible.

El turismo y la masificación

En la actualidad la masificación del turismo pasó a ser un problema, pero esa masificación no se debe al acceso al turismo, sino a la decadencia del turista,  debido a que viajar se ha convertido en reconocimiento social, si viajas es porque las cosas te van bien, porque amas a tu pareja, porque puedes ostentar de amigos, de familia, poder adquisitivo, etc….nadie sabrá que comiste bocata de jamón todo el viaje,  discutiste con la parienta hasta el hartazgo, tus amigos son unos mierdas  y  tus hijos te dieron el coñazo con que se aburren todo el rato.

No viaja el que busca experiencias vitales, sino el que busca la foto para el Instagram. No es un turista culto, sino el mediocre de siempre que busca a través de viajar,  ostentar un falso éxito en la vida. Ese turista no aprecia la historia, la cultura, la arquitectura, las sensaciones, las emociones, el aprendizaje, la inmersión cultural que representa viajar. Ese turista irrespetuoso, es el que resulta un peligro para muchos destinos.

Actualmente y ya desde hace unas décadas, me dedico a hacer turismo desde otra óptica, desde las emociones y sensaciones, siendo un turista en mi propia ciudad, no solo  para matar la rutina, sino para aprender. Sección bloguera viajes y turismo de Vaquera del espacio. Grupo Valencia Medieval en Facebook. 

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