Modelo de turismo sostenible, para que la industria del turismo no nos devore.

Llevo 18 años residiendo en Valencia, me enamoré de ella cuando las guías de turismo la nombraban muy poco, cuando el Instagram y las redes no incitaban al postureo más salvaje, al turismo para exhibicionismo y no por amor a la cultura de viajar.

Tuve la gran fortuna de vivir en una de las zonas turísticas más importantes: El Centro histórico, zona de la plaza de la Virgen y Torres de Serrano, el corazón del casco antiguo.

Los que vivimos aquí, ya notamos hace un tiempo la cara menos dulce de la masificación turística: subida de precios en productos y servicios, en los alquileres, la llegada de la gentrificación, de los cruceros contaminantes. Por ello creemos que es vital construir un modelo de turismo sostenible.

El término gentrificación (proveniente del inglés gentry, «baja nobleza») se refiere al proceso de transformación de un espacio urbano deteriorado —o en declive— a partir de la preconstrucción —o rehabilitación edificatoria con mayores alturas que las existentes— que provoca un aumento de los alquileres o del coste habitacional en estos espacios. Esto induce a que los residentes tradicionales abandonen el barrio —y se afinquen en espacios más periféricos—, lo que produce que este «nuevo» espacio termine por ser ocupado por clases sociales con mayor capacidad económica que les permita afrontar estos nuevos costes. Este proceso tiene especial relevancia en los últimos años en ciudades con importante potencial turístico y relevancia económica. 

Respecto a los cruceros, los datos son alarmantes:

Cifras preocupantes acerca de cuanto contaminan los cruceros

Nos interesa la llegada masiva de ciudades flotantes, que no consumen, ni se alojan en la ciudad?… Que solo están de paso, dejando sus residuos en nuestras costas.

¿Cuánto residuo expulsa un crucero?

Un crucero de 3.000 personas genera 210.000 litros de aguas residuales por semana, suficiente para llenar 10 piscinas, y 1 millón de galones de aguas grises, u otros 40 estanques llenos de residuos; es decir, un crucero es de 50 piscinas llenas de residuos muy contaminadas que pueden ser descargados en nuestros océanos cada semana.

Lo que entra debe salir: las enormes cantidades de alimentos y bebidas en los cruceros, junto con el agua de lavado, las piscinas, centros de salud, balnearios, se descargan en el mar, contaminando los peces y la vida marina, y representan un peligro para las personas (para los consumidores de pescado, nadadores, surfistas y amantes de los deportes acuáticos). Además, los peces, los mariscos y arrecifes de coral pueden morir debido al nitrógeno y fósforo causados por las aguas residuales de los cruceros, que ocasionan el crecimiento excesivo de algas y la consiguiente reducción en los niveles de oxígeno en el agua.

También contaminan el aire

Los cruceros son también responsables de la contaminación atmosférica significativa provocada por la quema de combustible. Las emisiones de los motores de los barcos incluyen óxido de nitrógeno, óxido de azufre, dióxido de carbono y material en partículas.
Si alguna vez decides embarcarte en uno de estos gigantes marinos, recuerda que sus emisiones de CO2 pueden ser de hasta 1000 veces superior que un viaje en tren.

Fuente: “Cambio Climático y Turismo En respuesta a los desafíos globales.”, La Organización Mundial del Turismo y el Programa de las Naciones Unidas, 2008

  • La contaminación de 56 cruceros equivale a la de todos los coches de València. Un informe de la ONG Transport & Environment compara las emisiones de óxido de azufre y de óxido de nitrógeno de los cruceros con las que ocasionan los vehículos matriculados en las ciudades. Prensa El Levante 
  • El mayor crucero del mundo hace escala en València en su viaje inaugural. El «MS Symphony of the Seas», con capacidad para 6.360 personas. Prensa El Levante

Modelo de turismo sostenible

El turismo sostenible tiene en cuenta las repercusiones económicas, sociales y medioambientales en el entorno

Algunos consejos

Turistas

  • En la medida de lo posible, procura cambiar de fechas para tus viajes, intenta viajar en épocas de menor masificación. Disfrutarás más y ahorrarás mucho dinero. Valencia en otoño o primavera cuenta con temperaturas agradables, incluso para recorrer el paseo marítimo y disfrutar de la brisa marina, sus terrazas y su gastronomía típica sin colas, sin gentío. También es época ideal para conocer sus monumentos e historia sin calor agobiante.
  • Utiliza medios sostenibles de transporte. En Valencia puedes usar bici, patinetes eléctricos, segway. Es una ciudad ideal para pedalear, muy verde y ajardinada. Llena de carriles bici por toda la ciudad, incluso hacia las playas.
  • Consume productos locales, ayuda a preservar el comercio artesanal, tradicional… consumiendo sus productos en lugar de hacerlo en grandes cadenas.
  • Si decides venir a la Comunidad Valenciana, pregunta a tu tour operador las opciones de turismo rural o de interior, tan bello como el de costa.
  • Respeta la naturaleza, no dejes huella de tu paso. Respeta los monumentos, la riqueza arquitectónica y cultural  para que se conserven en el tiempo.
  • Elige tour operadores éticos para contratar y planificar tu viaje.

Leyes de protección

  • Es de vital importancia acabar con los turismos de borracheras y drogas, vandalismo en estado puro. Sancionando económicamente a los tour operadores, además de al turista con penas duras por destrozos, desmanes y por atentar contra la seguridad propia y de los demás.
  • Legislar los apartamentos turísticos para que no afecten al alquiler de residentes.
  • Limitar y controlar la llegada de cruceros a nuestros puertos.

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