La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre». Friedrich Nietzsche.

Durante los dos años de pandemia me mantuve optimista, he sido de las personas ingenuas,  que cometió el pecado de creer en la humanidad.

Durante dos años me esforcé por estudiar y prepararme para el gran plan Marshall de reconstrucción verde europeo.. Solo con seguir la categoría COVID19 podrás constatar la línea de pensamiento, uno de los post más optimistas tal vez ha sido: Covid19 la oportunidad para el planeta.

La esperanza es el peor de los males…

Y sí, he pecado de ingenua!. Era consciente que las farmacéuticas eran los grandes beneficiados, pero estaba convencida de que la humanidad había aprendido  que debíamos invertir más en sanidad e investigación, para fortalecer nuestro estado de bienestar y dejar de depender de las multinacionales de la salud. Pero por desgracia nos quedamos en él resistiré y el aplauso del balcón.

Que de paso por el desabastecimiento de mascarillas y material sanitario, habíamos aprendido que debíamos relocalizar la economía y dejar de depender.

Y por el cambio climático,  y el haber desaprendido viejos hábitos a la fuerza debido a las restricciones, íbamos  a pensar más en nuestra huella.

Y sí!, he pecado de ingenua creyendo que tras la pandemia,  venía una revolución cultural,  con una nueva forma de entender la vida,  nuestra relación con el otro y el medio que nos rodea. Que íbamos a ser más solidarios, empáticos y humanos.

Pero llegó la guerra  y ninguna guerra trae consigo nada bueno. Por ello cito a  Friedrich Wilhelm Nietzsche, porque el nihilismo es inevitable,  aunque se llegue a un acuerdo de paz y se deje de masacrar gente inocente. Porque las consecuencias de la guerra serán devastadoras. Porque ese sueño de inversión en I+D, sanidad, reconstrucción verde, bla, bla, bla…..se ve lejano,  cuando la prioridad pasa a ser defensa y subir  la inversión en armas.

He pecado de ingenua confiando que la humanidad y su devenir eran importantes, cuando está claro que luego de llenar las arcas de las farmacéuticas y las tecnológicas, pasamos a la industria de las armas,   retrocedimos unos cuantos casilleros hasta volver al siglo XX y sus peores momentos, con la diferencia que ahora contamos con más letalidad, producto de una gran inteligencia aplicada a la maldad. ¡SOMOS UN VIRUS!.

MATRIX Agente Smith y Morfeo » no son mamíferos, son un virus

Y como colofón final, cada  día crecen más los nuevos pobres,  mientras aumentan los  millonarios galácticos, y cuidado no vayas a ser realista-nihilista,  que enseguida te censura la liga de la  tiranía de la felicidad. 

Vaquera del espacio