La actitud frente a las dificultades y el autoconocimiento de como funcionamos, puede variar ampliamente de una persona a otra, pero en general, se refiere a la manera en que alguien aborda y enfrenta los desafíos en la vida. Puede ser una actitud positiva y resiliente, que busca soluciones y aprendizaje en las dificultades, o una actitud negativa y evasiva, que puede incluir la resignación o el miedo. La actitud ante las dificultades puede tener un impacto significativo en la capacidad de superar obstáculos y adaptarse a las circunstancias.

Quien resume muy bien esta actitud o forma de entender la vida, es Spencer Johnson en ¿Quién se ha llevado mi queso?.

Un visionario que supo entender el escenario que asomaba, como lobo las orejas.

 

La actitud frente a las dificultades. Autoconocimiento

El autoconocimiento es el proceso de comprender quiénes somos realmente.

El autoconocimiento es la piedra fundamental en nuestras vidas, porque nos permite conocer,  reconocer y cambiar mantras que normalizamos.

¿Cuántas veces hemos dicho no puedo antes de intentarlo?.

ACTITUD POSITIVA O NEGATIVA

  • Una actitud positiva ante una dificultad implica enfrentar el desafío con determinación, buscando soluciones y aprendizaje en lugar de rendirse.
  • Una actitud evasiva o negativa frente a las dificultades se caracteriza por una serie de comportamientos y actitudes que reflejan una falta de disposición para enfrentar los desafíos o una tendencia a evitarlos. Aquí hay algunas características de una actitud evasiva o negativa:
  1. Resignación: La persona puede sentir que no puede hacer nada para cambiar la situación o superar la dificultad, por lo que se rinde fácilmente y acepta el problema sin intentar solucionarlo.
  2. Procrastinación: En lugar de abordar los problemas de inmediato, la persona tiende a posponerlos o aplazar las decisiones necesarias, lo que puede empeorar la situación con el tiempo.
  3. Negación: Algunas personas niegan la existencia del problema o minimizan su importancia, lo que dificulta encontrar soluciones efectivas.
  4. Pensamiento catastrofista: La persona puede adoptar una mentalidad negativa, anticipando lo peor en lugar de buscar soluciones realistas.
  5. Blame shifting (culpar a otros): En lugar de asumir la responsabilidad por las dificultades, la persona puede culpar a otros, a las circunstancias o a factores externos.
  6. Evitación de responsabilidad: Puede haber una falta de disposición para enfrentar las consecuencias de las acciones o decisiones propias, lo que conduce a una evasión de las responsabilidades.
  7. Falta de adaptabilidad: La persona puede resistirse al cambio y mostrar una falta de flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones o circunstancias.
  8. Búsqueda de escapes temporales: En lugar de abordar los problemas, la persona puede buscar formas temporales de evasión, como distracciones constantes o comportamientos autodestructivos.
  9. Pérdida de motivación: Una actitud negativa puede llevar a la pérdida de motivación y al desinterés en buscar soluciones, lo que puede resultar en la inacción.
  10. Aislamiento social: Algunas personas pueden aislarse socialmente como una forma de evadir las dificultades, en lugar de buscar apoyo y ayuda de otros.

Es importante señalar que una actitud evasiva o negativa puede ser una reacción temporal a situaciones estresantes o desafiantes. Sin embargo, si se convierte en un patrón constante de comportamiento, puede tener un impacto negativo en la calidad de vida y en la capacidad para superar obstáculos. La toma de conciencia de estos patrones es el primer paso para abordar y cambiar una actitud evasiva o negativa hacia las dificultades…….

También es importante recordar que vivimos en la sociedad de la tiranía de la felicidad, y no debemos confundir una actitud positiva, con un optimismo exacerbado e infantil.

Para finalizar, les recomiendo sección de crecimiento personal en Vaquera del espacio, cuestión de actitud…..

No temas a pedir ayuda si la necesitas, las terapias de gestión emocional funcionan.

 

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