PASAJE SIN DESTINO

Un tren sin destino pasa por el andén
Lo cojo nada convencida de la decisión
Nunca estoy sola en el vagón frío e impersonal
No hablo, simplemente me susurran al oído y me da placer
No pienso, no veo, y me atormenta.
Me muevo por impulsos, sensaciones, sentidos que desarrollo y agudizo.
No sé si me gusta estar en este vagón
Pero contradictoriamente no me quiero bajar.
Ya no me importa hacia donde me dirijo, ni porque estoy abordo.
Allí estoy, disfrutando de un estado de completo surrealismo, donde la mente se aquieta y se deja dominar por nuestro instinto animal.
Estoy viajando por los circuitos neuronales de la mente de Dalí
En el jardín de las delicias en un vagón del tren,
Aún no he descubierto nada interesante, ni me importa
Pero me he abierto a un mundo de sensaciones nuevas, pasajeras como yo.
Pasajera en tránsito, sin pasaporte ni documento, pero con una definida identidad
Lo único que tengo claro es que bajaré en alguna estación y el tren continuará sin mí
Anónima,  sin penas ni glorias.
Discreta, serena camino hacia mi nueva identidad
Con pasaje en mano y destino programado espero mi próximo tren.
Pero esta vez, abierta a la posibilidad, de ser nuevamente una pasajera sin destino