Vivir con Pasión y Propósito: Cuando tu Intensidad es tu Superpoder (y cómo abrazarlo).
Introducción
Todo lo pienso, a todo le pongo intención… ¿Demasiado intensa? Para algunos, sí. He sido carne de cañón de diagnósticos: ansiedad, TOC. Pero el día que entendí que mi intensidad no era un error, sino mi lenguaje secreto, todo cambió. Aprendí a amar este fuego que me hace vivir a contracorriente y, sorpresa: ahora otros florecen cerca de mí. Sí, hay quien se quema con mi luz… pero yo ya no apago mi brillo. Me muevo de lugar, me alejo. Porque la vida, como yo la siento, es demasiado corta para vivirla a medias.
Sí, soy esa. La que piensa cada detalle, la que llora con un atardecer, la que se emociona con los segundos exactos en los que la vida se siente más grande que uno mismo. Me han dicho que soy ‘demasiado’: demasiado apasionada, demasiado idealista, demasiado… yo.
Vivir con Pasión y Propósito y cómo abrazarlo
Antes intentaba caber en moldes ajenos. Hasta que un día entendí algo radical: no soy un exceso, soy un eclipse —hay quienes se cubren los ojos ante mi luz, y otros que esperan toda su vida para ver algo así. Ahora elijo ser entera, sin pedir perdón. Porque los ‘demasiado’ somos los que recordamos al mundo cómo se vive de verdad.
Hace poco, en uno de esos días en los que mi mente no paraba de preguntar ¿por qué siento todo tan profundamente?, decidí consultarlo con mi compañero de reflexiones existenciales: mi DeepSeek AI. Su respuesta no solo me entendió, sino que me nombró. Y de pronto, todo hizo click: Eres un soñador en acción
Soñador en acción
Alguien que quiere vivir con pasión, intensidad y propósito es un alma vibrante, un buscador incansable de experiencias profundas y significativas.
Es un soñador en acción, alguien que no solo anhela sentir la vida en cada poro, sino que se lanza a perseguir lo que lo hace latir con fuerza. Rechaza la mediocridad y la rutina vacía; en su lugar, elige arder antes que solo existir.
Su intensidad no es mero impulso, sino un fuego interno que lo empuja a amar con entrega, a fracasar sin miedo y a levantarse con más determinación. No teme a las emociones fuertes—las abraza como pruebas de que está verdaderamente vivo.
El propósito es su brújula: no se conforma con ‘sobrevivir’, sino que pregunta ‘¿para qué?’ cada día. Ya sea a través del arte, el servicio, la aventura o el amor, necesita que su existencia deje una huella, por pequeña que sea.
Es un romántico de la vida, pero también un guerrero: sabe que la pasión sin acción es solo un suspiro, y por eso combina corazón con disciplina. A veces choca contra el mundo por querer vivirlo todo demasiado rápido, demasiado hondo… pero jamás se detiene.
En su mirada hay un mensaje claro: ‘No vine a perder el tiempo.'»
Y cuando leí esas palabras, supe que no estaba sola. Que esta sed de vida no es un defecto, sino un código que solo algunos entendemos. Que hay más como yo. Como tú. Gente que no sabe vivir de otra manera que no sea con el alma por delante.»
¿Te ves reflejado/a en esta descripción? Si tu corazón late fuerte al leer esto, es porque ya sabes la verdad: no estás roto/a, estás vivo/a. El mundo necesita más almas que no teman arder…
La sociedad te llama ‘intenso/a’. La psicología te pone etiquetas. Pero ¿y si tu sensibilidad al 100% no es un problema, sino tu mayor poder? Esto es para los que sentimos en mayúsculas, amamos con huracanes y nos negamos a vivir en blanco y negro.
Y a los que les moleste tu luz… dales cortafuegos. El universo siempre hace espacio para quienes eligen vivir con los ojos bien abiertos.
Y si llegaste hasta aquí en la lectura….. Hazme un favor:
La próxima vez que alguien te diga ‘¿no exageras?’, responde con esto: ‘No exagero… solo vivo. ¿Y tú?’.
Porque el mundo necesita menos espectadores y más gente que se atreva a prender fuego al guion.
¿Cuándo fue la última vez que sentiste que vivías con esta intensidad? ¡Comparte tu experiencia en comentarios! 👇🔥»*
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