¿Quién no tiene en su entorno a alguien que está vivenciando o ha vivenciado en carne propia la dulce nostalgia?

La nostalgia es referida comúnmente como un sentimiento que cualquier persona puede atravesar en cualquier etapa biológica. Es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido o vivido en una etapa y ahora no se tiene, está extinto o ha cambiado.

La dulce nostalgia

Un sentimiento muy peligroso, la llamo dulce nostalgia  porque va un paso más allá de la nostalgia. Porque endulza y refleja imágenes que ya no existen, como fotos estáticas de un momento dulce del pasado que creemos nos pertenece.

La dulce nostalgia ataca embriagándote  de sentimientos de libertad, de fraternidad, amor,  que formaron parte de tus ideales de juventud y que han cambiado,  porque has madurado, elegido y apostado por quien eres.

La dulce nostalgia te susurra al oído que todo tiempo pasado era mejor, ese del que deseaste salir en búsqueda de quien eres hoy.

La nostalgia endulzada  en el fondo es miedo a madurar, a asumir que la vida nos está cambiando.

Se disfraza de coche descapotable, parejas jóvenes, depresión , deseos de escapar y tomas de decisiones drásticas o equivocadas.

En momentos como estos, es cuando más necesitas de tu entorno, de aquellos que te ayudan a acomodar la cabeza y a recordarte quien eres.

Cuidado!. No confundir con dejar de soñar, de emprender o tomar decisiones. Siempre debemos estar abiertos a los cambios como principio de adaptación o extinción.

Pero la dulce nostalgia no es real, es un sentimiento dulce que te llena de euforia como el azúcar, pero que es vacío. Es producto de fantasías incumplidas e idealizadas.

Reconocer a la dulce nostalgia a tiempo,  evitaría cometer errores que involucran a otras personas y sentimientos.

Porque la dulce nostalgia es celosa de quien eres, de quienes te rodean y te protegen.

La dulce nostalgia se combate con una cuota de realismo y un corazón valiente.

No te dejes engañar por la dulce nostalgia.

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió. Joaquín Sabina

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