Todo cambia  menos la esencia de las personas. Es lo que debe prevalecer hasta el final de nuestros días. Porque estamos de paso en esta vida,  y mientras no comprendamos esa simple premisa, estaremos destinados al fracaso como personas.

Quien sigue a esta vaquera del espacio sabe,  que  su mayor y más temible defecto es la sinceridad. Sinceridad que me ha llevado a tener grandes detractores y enemigos. Pero también fieles amigos y seguidores.

No temo decir cuando me va mal, ni celebrar cuando he triunfado.

No me da vergüenza asumir un fracaso, ni se me sube a la cabeza un triunfo.

No se me caen los anillos por pedir perdón,  si me he equivocado.

No me cayo frente a las injusticias, así me cueste un puesto de trabajo,  o una supuesta amistad.

Gunter grass

Muchas veces me han cuestionado la sinceridad con la que vivo, me han dicho que debo adaptarme a esta sociedad hipócrita.

Pero pedirle que cambie a alguien que vive tal cual es, que le han enseñado a ser tal cual es  sin avergonzarse. Es pedirle que arranque de cuajo su propia esencia.

A lo largo de estos años, que no han sido pocos, vengo relatando en este espacio experiencias de mi vida.

hechos de historias

Hace ya unos cuantos años que la vida se me ha puesto muy difícil y se me hace muy cuesta arriba encontrar el camino.

Pero a pesar de las dificultades, de los palos en la rueda y de la intención de muchos a través de sus críticas, de que me doblegue y me venza, (porque mi forma de vivir deja al descubierto sus propias miserias personales). Sigo en pié y en cada caída me levanto más fuerte.

Porque en cada decepción, en cada traición hay un aprendizaje, una prueba.

Porque por cada pérdida, aparecen miles de ganancias.

Porque tarde o temprano llegan las recompensas y los frutos de las semillas que has esparcido.

Júntate con hipócritas y te convertirás en uno de ellos.

Relaciónate con gente genuina y te aceptarán tal cual eres.

Y termino con dos frases célebres que para mí son de cabecera:

«Podrán cortarme la lengua, pero eso no me hará callar». Marqués de Sade

«Mas vale un minuto de Vida franca y sincera, que Cien años de hipocresía». Ángel Ganivet

No vemos al final del camino, en el juicio final. Allí donde las máscaras son obsoletas y las verdades a medias no tienen valor alguno.

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