Navidad. Tiempo de balance. Como dice el anuncio de Ikea, la otra navidad.

A medida te vas haciendo mayor, las navidades pasan de ser ilusión y fantasía, para convertirse en tiempo de balance.

Sopesas las decisiones tomadas, no siempre acertadas. Las relaciones humanas entabladas, no todas fructíferas. Se evidencian las ausencias y con dolor se materializan.

Estas navidades para mí son un duelo, dejo morir a esa joven llena de ilusiones, para dejar lugar a una mujer reconstruida a base de pegamento. No soy la misma que a los 30 años y debo aceptar mi vida tal cual es. Dejando de castigarme por lo que he soñado ser y no he alcanzado, por las bifurcaciones del camino y las elecciones tomadas.

No soy éxito, soy solo lo que he alcanzado ser,  y voy asumiendo que las fuerzas merman, junto con la ilusión.

Ya no buscas crecer, sino mantenerte donde estás. Ya no buscas descubrir el mundo, sino disfrutar del pequeño micro mundo personal, que has construido con esfuerzo y tesón. Ya no buscas reconocimiento. No te importa en absoluto las pajas mentales de los demás, solo intentas mantener en equilibrio las tuyas.

Te das cuenta, vivencias, que el pasado nunca volverá. Que lo perdido no se recupera y que solo existirá en tus recuerdos, en tu corazón dolido, que luchas por conseguir anestesiar. Asumes que te has convertido en un enfermo con tratamiento paliativo de por vida.

Asumes que no reíras igual que antes y que la intensidad de la luz no es la misma, pero aún así, te sientes feliz. Una felicidad con otra frecuencia de intensidad, puesta más en los demás que en ti mismo. Puestas en tus seres queridos, en esas personas que han sido y siguen siendo, los personajes más importantes de tu vida.

Las ilusiones cambian, al igual que tus deseos. Has padecido un infierno emocional y solo deseas serenidad,  para poder  disfrutar del mejor alimento que tienes en tu humilde existencia, el amor de quienes quieres y te quieren.

Estas navidades lloro por esa Flor que ya no está, un duelo que sé perfectamente cuando empezó y cuando terminará.

En ese mismo instante, en el fin,  naceré de nuevo. Otro estado, otro entendimiento sobre la vida, la libertad, la felicidad y los sueños. Otro entendimiento sobre mí misma, sobre esta nueva persona que está al nacer.

Aquí os dejo una publicidad que refleja la otra navidad. La navidad que amuebla la cabeza. Felicitaciones a los creativos de este spot.