Dejalo ir!.

Muchas veces nos referimos al pasado como algo pesado, los recuerdos los guardamos en una maleta y los aparcamos intentando dejarlo ir!.

Con los años aprendes que no hay que dejarlo ir, que hay que simplemente guardarle un lugar. Un espacio en tus pensamientos, un espacio vivo en tu presente, que se construyó a través del pasado, porque somos un cúmulo de vivencias.

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Ese ayer, que a medida transitas la vida, es muy largo. No debe convertirse en algo pesado,  y la forma de aliviarlo es aprendiendo a quitarle nostalgia y dotarlo de realismo. El pasado no es mejor,  como creen muchos románticos y amantes del retro. Somos evolución, somos movimiento. El pasado es simplemente pasado. No te ha pasado de recordar a alguien y desear verlo , y al encontrarlo no saber como escapar?. Que decepción!. Contrariamente el pasado te cruza con personas después de décadas, de las cuales guardabas un vago recuerdo y te sorprende la química que desprende. La gracia de la madurez, que no a todos agracia!. Aunque reconstruyéramos como científicos cada pieza,  o como cineastas recreáramos una escena del pasado. Nada sería igual!. Hemos cambiado y muchas veces recordamos el pasado como algo estático. Eso nos sucede a los que emigramos,  cuando nos subimos a las máquinas del tiempo en el aeropuerto, y volvemos a nuestro lugar de origen.  Hay que quitarle romanticismo al pasado. Hemos madurado!. Si pretendo amar como lo hice en el pasado, me equivoco y si se espera que el pasado vuelva, puedes morir en una estéril espera. Hay que ser más pragmáticos!. Hay que avanzar, avivar la llama del descubrimiento, que nos mantiene siempre jóvenes.

A mi me gusta recordar, soy una nostálgica. Y lleno de besos a quien quiero en mis recuerdos. Corro super rápido como cuando era niña. Amo como una adolescente. Lloro de emoción con las pérdidas que no se olvidan un solo día de tu vida.

También me asusto,  cuando noto que todo mi mundo gira en torno a mí, que soy yo el motor de la casa, de mi hijo, de mi vida. Cuando cocino lo hago con Centofanti (mi madre), según mi romántico compañero . Gracias al pasado, recreo un ambiente familiar en torno a la cocina. Olores y sabores que me transportan a tiempos reconfortantes.

Pasado, presente, futuro. Está claro!. Construimos el presente, el pasado ahí está y lo mejor que te puede pasar es no deberle nada…..el futuro es un misterio y esa es la gracia.

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