Tres hijas mujeres encerradas en una baño puestas a resolver quién se queda con la anciana madre.
Y el acierto proviene de sobrevolar enriquecedoramente, el texto de la renombrada escritora, dramaturga y especialista porteña en guiones para TV, que alcanzó notoriedad al obtener en el 2005 el Premio Clarín-Alfaguara por su novela «Las viudas de los jueves».
La historia que cuenta «Verona», bien podría ser la base para un guión televisivo o sustentar el argumento de una entretenida comedia con ciertos quiebres para reflexionar acerca del tema siempre vigente del destino de nuestros viejos que al decir de Serrat «se los aparta después de habernos servido bien…»
Pero las integrantes de «Rosarioteatro» sin dejar de lado ninguno de estos aspectos van más allá y potencian los aspectos dramáticos del texto a partir de un equilibrado diseño de los personajes.
En este sentido el resultado final del trabajo y la empatía que se logra con el espectador parte de las minuciosas interpretaciones que hacen de estas tres hermanas, las actrices Mariela Feugeas, Virginia Alvarez y Mónica Toquero.
En el caso de Toquero , responsable de la dirección, doble mérito por no descuidar ninguna de estas dos tareas que no siempre deparan buenos resultados y que le permite componer una Adriana que carga con un protagonismo por momentos excluyente.
Feugeas vuelve a demostrar que es una actriz que se apoya en su presencia escénica y en los matices que la distinguen como una comediante de sobradas condiciones.
Virginia Alvarez es otro de los hallazgos del grupo , componiendo a Cruz, la única soltera del grupo, un personaje que pareciera administrar desde su neutralidad la desbordada energía de los otros.
A pesar de su participación de puertas afuera, Adrián la Scala , completa el equipo actoral ,recreando a Goyo, el hermano que llega desde Italia para el cumpleaños de la madre en cuestión.
A pesar de ser uno de los pocos grupos teatrales de la ciudad que producen sus trabajos sin ningún tipo de auspicio oficial, Rosarioteatro diseñó para esta obra una cuidada escenografía y un apropiado dispositivo lumínico, aspectos que no abundan en los escenarios locales.
Pero el auténtico protagonista de «Verona», el disparador de las miserias humanas de estas hermanas,
Una propuesta que admite la reflexión sin dejar de lado el divertimento, un tema que se vuelve sobre el espectador para espejarlo más allá de las caricaturas que de estos personajes se hacen en una televisión cada vez más patética. Al final, siempre el teatro como refugio de una sociedad que necesita mirarse