Las divisiones mentales

Estamos en tiempos de arriba-abajo, norte-sur, izquierda o derecha. No es casual que siempre estemos entre polaridades,  no pudiendo romper ese esquema de divisiones mentales.

Nuestra sociedad ha sido construida a base de divisiones. Ricos-pobres, blanco-negro, hombres-mujeres, gordo-flaco, alto-bajo, fumador-no fumador. También presentes esas divisiones en la religión,  Bien-mal, paraíso – infierno.

Debemos salir de la bipolaridad, apostar por pluralidad y diversidad. Re educar, romper esquemas y moldear personas, no productos.

El reflejo en la escuela o educación

No es de extrañarnos que nuestros niños o adolescentes deban elegir entre ser nerd o gamberro, frikis o populares. Ellos reflejan esas divisiones que maman de la sociedad y también el miedo,  la incapacidad (por falta de modelos y práctica), de reconocer que no es necesario pertenecer a ninguna tribu urbana,  o auto etiquetarnos para sentir pertenencia o aceptación en la sociedad.

No educamos desde el «ser persona», porque somos etiquetas con información. Nos preocupa más la información que ofrecemos, la etiqueta y el envase, que el contenido. Ponemos las expectativas de los demás al servicio de nuestra felicidad.

Por no hablar de los padres y madres que fomentan al niño chulo o lo justifican, a la niña florero….porque parece cool tener hijos salidos de la película Greace que tanto daño ha hecho a mi generación.

 «Sé siempre tú».

Es la frase que más le repito a mi hijo. Un niño que  busca la aceptación de los demás y de forma innata es líder, es pasto de etiqueta, de elegir hacia donde liderar. Cuando lo que urge educar, es hacia la lideración personal:  Autonomía, responsabilidad, solidaridad, implicación. Construir una sólida estructura de valores humanos y libertarios, que liberen a las personas de tantas cadenas. Debemos urgentemente re educar muchos estereotipos sociales.

Evidentemente estamos educando desde la proyección a los demás.

Algo común en los niños, (también imitación de los adultos), es admirar por la imagen. En los niños se traduce en unas zapatillas,  o necesitar una marca, un lugar,  para sentirse importantes. En un adulto es la misma raíz,  que se va haciendo más compleja:  un empleo, un coche, una casa, un círculo de amistades.

Monstruos reales vistos. Si pones esta frase en google, te saldrán infinidad de monstruos, cuando los verdaderos monstruos se presentarán en tu vida como personas comunes, cercanas. Hablamos de tópicos,  y el de princesas y príncipes lo reconocemos como tal, nos re educamos. Pero y los monstruos?. Aquellos seres encantadores de buen ver, que comenten femicidios, que destruyen psicológicamente a las personas, generalmente a aquellas que lo han amado. Seres in-misericordiosos,  que no tienen la capacidad de dejar de destruir a su paso, ni conciencia y carecen de empatía. Seres tóxicos que marchitan todo lo que rozan. Un claro ejemplo #niunamenos, descubrimos al monstruo cuando ya es tarde, no hemos sido capaces de escuchar las señales.

Nos falta educación emocional para reconocer a los monstruos, porque hasta a ellos los «etiquetamos».

tópicos, etiquetas, nicks, caretas. Personas que son proyecciones que pierden su brillo en el cosmos, cuando donde deben brillar es por dentro. Personas incapaces de amar,  porque desconocen sus propias pasiones y sueños.

Cuando dejemos de educar en la apariencia, renacerá la persona con su infinito potencial humano. A partir de allí se tejerá una mejor sociedad y mundo.

Utópico?. Yo estoy convencida de que no!. Hay muchas señales de cambio. Ni blanco ni negro, estamos encontrando gamas de colores.

Las crisis nos hacen más fuertes, de ellas se aprenden,  y estamos presenciando una de las más vergonzosas crisis de valores de nuestro siglo. Estamos tejiendo una nueva realidad!.

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