Tendencia redes y confinamiento. Cuando comenzó el confinamiento, mi estrategia y plan de contenido consistió en ofrecer información sobre el coronavirus de Wuhan. Actividades y recomendaciones para la cuarentena. Creé un grupo de solidaridad al pequeño comercio, apoyé a una costurera de Enguera que se puso a confeccionar mascarillas. Ofrecí formación online para la digitalización de la Pyme (para aprovechar productivamente el tiempo). Reforcé la alfabetización digital y perseguí más que nunca los coronabulos. También  ofrecí consejos para tele trabajar, incluso el lado positivo de la pandemia para capitalizar y positivizar la experiencia y salir reforzados. ¿Saben que es lo que más impacto ha  generado en redes sociales?:  El odio!.

Los odiadores en redes tendencia confinamiento

Todos los días ofrezco material de mi propia creación. Pocas veces recibo feedback y cuando lo recibo es para agredirme o decirme qué debo y que no debo compartir. Esto me sucedió en Linkedin. Cometí el error de bloquear al usuario y borrar los comentarios. IMPERDONABLE!, las redes quieren sangre. FIGHT!

Más claro que el agua,  al usuario le importa poco y nada el contenido, solo vale el nivel de controversia que puedas generar. No nos quejemos de que las redes están contaminadas, hagamos mea culpa de como interactuamos en ellas, porque la calidad de las mismas, es proporcional al interés del lector.

Obvio que habrá prensas inescrupulosas que se sirvan de la titularidad para incendiar las redes!. Es lo que quiere la gente.

Durante el confinamiento se exacerbó, se retrató y dividió el perfil del usuario en dos grandes bloques: El solidario y el odiador.

El solidario termina aburriendo con tantos aplausos y música desde el balcón, la gente está preocupada, confinada, siente incertidumbre, está enfadada. Tal vez por ello ganan los contenidos que generan división.

El ser humano confinado no sabe qué hacer con su tiempo, nunca supo autogestionar su ocio  sin que le digan como hacerlo. Cuando se cansó de hacer ejercicios en casa siguiendo tutoriales, de hacer manualidades y tropecientas recetas de cocina….Se volcó a descargar su ira en las redes. Entonces comenzaron todos a ser expertos en epidemiología, en seguridad nacional y economía internacional.

El virus y la comunidad científica internacional

Hablamos de un virus aún desconocido, de una comunidad científica que descubre todos los días algo nuevo,   por lo tanto cambian todos los protocolos de actuación día sí, día no. Comunidad científica dividida en cuanto al camino a seguir, pero unida para compartir conocimientos. Nos enfrentamos a una pandemia  en un mundo globalizado,  que ha demostrado no estar a la altura del problema.  A eso le añadimos una recesión económica peor que la de 1929. Un panorama internacional, un escenario mundial sin precedentes y poco esperanzador.

El virus y el comportamiento en redes sociales

Facebook por primera vez en más de una década, llegó a saturarme de tal manera, que cancelé el posteo durante caso 48 hs. El nivel de agresividad trilló lo demencial. Las redes se plagan de personas que no pueden gestionar su propia existencia y lo critican todo, agudizando el estado de malestar y convirtiéndose en los peones divulgadores de los creadores de bulos y desinformación.

La caída del postureo

Eso sí!. Algo muy positivo, desaparecieron los perfiles exhibicionistas, narcisistas de los piecesitos en la playa, la familia de anuncio, la sonrisa vitaldent, los escotes pronunciados y la ostentación de grandes cenas entre «amigos» para la foto.

Redes confinadas

El fin del postureo ya se veía venir, es hortera y de cero aporte para la comunidad. Los cazadores de influencers y microinfluencers ya se habían percatado de que este perfil había llegado a su fin, en especial entre los centennials. La pandemia del coronavirus se encargó de que su caída fuera más rápida.

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