Es más terrorífica la posibilidad de ataques terroristas con armas biologicas que la vintage bomba atómica.

Ataques terroristas con armas biologicas: Cuento de ciencia ficción

Las guerrillas de terroristas con cegadoras y bombas provocaban una ampolla en relación con la masacre que se vivían en muchos países del otro lado de la valla protectora.  Una valla inspirada en la mejor construida en la Historia de la Humanidad, la muralla China. Perfeccionada a los tiempos de modernidad en los que vivíamos. Poco se sabía de lo que pasaba del otro lado y poco importaba, esa gente siempre estaba en conflicto, eran bárbaros aún por civilizar.

La conciencia la teníamos tranquilas, vivíamos en un sistema que nos protegía y además era humanitario, abriendo de tanto en tanto, (prensa de por medio), las vallas para entrar alimentos y medicinas con camiones autónomos o drones. En ocasiones tocaba bombardearlos, para evitar que se mataran entre ellos y automáticamente, tras el bombardeo, se les ofrecía asistencia y se los llamaba a la paz,  a pueblos cuyo única forma de vida conocida era la guerra.

Dentro de la valla

Los escuadrones creados especialmente para combatir el terrorismo religioso dentro de las vallas protectoras, hacían un trabajo realmente excepcional. Pero por desgracia nunca eran suficientes. Los ataques terroristas de lobos solitarios eran muy frecuentes, pero la ciudadanía decidió no tener miedo y no cambiar sus costumbres.

Se radicalizaron las ideas, se perseguía a todo presunto terrorista y la presunción de inocencia en relación al terrorismo,  dejaba de serlo para primero ser culpable, hasta que demuestres lo contrario. Todo medio era aprobado cuando de seguridad ciudadana se tratara y si al frutero de la esquina se lo llevaban los escuadrones anti terrorismo, de inmediato se alquilaba el bajo y te olvidabas que ahí había una frutería. Como mucho te acordabas que en ese lugar había un terrorista.

 El Ataque con armas biologicas

Lo que se temía se hizo realidad y esa cabalgata de reyes marcaría el antes y el después en la historia y tradiciones de un País.

Madrid, 5 de enero. En la cabalgata de reyes y a pesar de las medidas extraordinarias de seguridad, una de las carrozas repartía caramelos letales.

Siempre se habían temidos los ataques bacteriológicos, por ello se controlaban diques, acuíferos. Nunca imaginaron algo tan simple y descabellado como caramelos para los niños. Caramelos con tetrodotoxina. La neurotoxina conocida en la cultura Haitiana que ha dado rienda suelta al cine desde la década de los 70 con la invasión Zombi. Una Neurotoxina que se encuentra en animales como el pez globo y que en Estados Unidos llevaban años perfeccionando en el «polvo zombi» como medio de crio hibernación  para poder enviar humanos a planetas por descubrir a años de la Tierra.

De un laboratorio de Ohio había sido vendida la fórmula mejorada con Ebola, no se había descubierto esta transacción hasta pasado el atentado en Madrid.

Los muertos se contaban de a centenas, en el talón de Aquiles de cualquier sociedad: los niños.

En el caos, no se sabía porque morían las personas, caían como moscas. Se preparó una capilla ardiente en Ifema para velar los cuerpos tras descubrir una intoxicación. Nunca se supo si la investigación de los forenses había sido manipulada por los mismos que organizaron la carroza con caramelos letales. La inoperancia había sido un error que había exponenciado  al mismo atentado. Convirtiéndose en un segundo atentado.

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En Ifema

Los cuerpos, miles de cuerpos comienzan a levantarse, algunos esputaban sangre. La situación era Dantesca, hubo agentes policiales que dispararon y el caos se hizo mayor. Las familias protegían a sus muertos vivientes, confusos, desesperados. La situación se vuelve incontrolable hasta que envían fuerzas del orden protegidos con trajes, equipamiento que no favorecían sus movimientos y les dificultaba el uso de sus armas, necesarias para devolver el orden en semejante caos.

El laboratorio confirma el virus y se decide poner en cuarentena a toda persona cercana a los muertos, no por la tetrodoxina sino por el Ebola que se contagiaba a nivel aéreo. Toda persona que había estado en la cabalgata. Los hospitales se colapsaban, pero lo preocupante eran las personas que habían logrado huir con sus zombis y estaban en paradero desconocido. Se pide la colaboración ciudadana para encontrarlos, piden que se delaten entre familiares y vecinos por una cuestión de seguridad Nacional.

Por otro parte los familiares de los «zombis», infectados por la tetrodoxina mejorada, que habían sido aislados, reclamaban a sus familiares. Las medidas de seguridad eran extraordinarias y dentro de ese marco la gente infectada sería separada de cualquier contacto o posible contagio. No obstante las familias se rebelaban y pedían ver a sus esposas, hijos, padres y madres  respetando las medidas de seguridad. Exigían información que se les negaba por el hermetismo de la situación.

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Cumbre mundial extraordinaria de emergencia sanitaria

Se reúnen en Bruselas jefes de estado, científicos, la élite de la nueva orden Mundial para determinar conjuntamente como abordar la situación. Tras debates a puertas blindadas se da el comunicado oficial:

  • Los afectados por tetrodotoxina deben ser ejecutados e incinerados para garantizar la vida humana como se conoce.
  • Se decide conjuntamente bombardear hasta destruir a la última célula terrorista  tras la valla, siempre garantizando el bienestar de la población civil.
  • Como medida extraordinaria se expatriaría a toda persona con orígenes o procedencia de países tras la valla. Se los invitaba a irse pacíficamente o mediante deportaciones. Si lo hacían pacíficamente se les ofrecía garantías de ser re alojados en campamentos de refugiados lejos de las bombas y con asistencia humanitaria.
  • En el comunicado pedían a la población civil  que no tomaran medidas fuera de la ley  para garantizar el orden.

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Las calles

Las calles, las ciudades se habían convertido en un auténtico infierno, quienes habían perdido a sus familiares de una forma tan cruel solo tenían sed de venganza y junto a ellos,  todos los que empatizaban con el dolor, toda una Nación.

La caza de presuntos terroristas se convierte en un deporte, en una exhibición de orgullo. En el mercado negro comienza a ser un negocio la venta de cabezas. Había millonarios capaces de pagar con toda su fortuna la cabeza de unos cuantos pobladores del otro lado de la valla, los querían fuera de su territorio, pero antes que pagaran por el daño causado, así fueran inocentes. También hubo una parte de la población que no había sido capaz de entregar a su vecino,  y como en tiempos Nazis escondían a familias enteras, haciendo malabares para que no se notara el incremento de consumo, una de las mejores herramientas de control del gobierno del nuevo orden que había nacido tras la cumbre extraordinaria de Bruselas.

La propagación

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Muertos unos cuantos  zombis,  aniquilados y deportados los enemigos, no acaba el problema. El Ebola se convierte en Pandemia y al cabo de una década y mutaciones en el virus de por medio,  incontrolables por la ciencia como sucedió en su momento con el SIDA, mucho más fácil de aislar que el volátil Ebola. La humanidad de dentro de las vallas sucumbe. Quedando solo algunos vestigios de humanidad con escafandras,  sobreviviendo entre cadáveres putrefactos . Del otro lado de la valla, un puñado de humanos que habían sobrevivido entre los escombros.

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El día del juicio final

La humanidad ha sido absuelva de todo pecado porque el hombre, en su inmensa misericordia había decidido acabar con su propia existencia antes de destruir el Universo.

El mayor temor de los habitantes del Universo,  era que los hombres utilizaran bombas atómicas en sus fines bélicos. Los guardianes del Universo sabían que si eso sucedía podíamos mover el planeta Tierra  de la órbita y en efecto dominó destruir todo el Universo. El macabro juego de inocular las religiones en la Humanidad nos mantenía en permanentes conflictos.

El humano era la única criatura viviente en la Tierra con capacidad de continuar una guerra. En el reino animal cuando un recurso abundaba no había motivo de lucha. Pero en el hombre se había instaurado una guerra permanente, la de defender a un Dios invisible del que no había prueba alguna de su existencia. Una gran broma cósmica que había sido la creación, se había convertido en un auténtico problema.

El mayor virus jamas creado, al fin había sido destruido sin necesidad de intervención divina. La paz del Universo estaba garantizada con la extinción humana.