El colibrí

Soy un colibrí, mi último recuerdo,
era verme libando una flor en forma de campana,

Bella de color turquesa como el cielo

Sé que soy un colibrí y no me pregunten por qué

También recuerdo que tenía un nido y huevos.

Ya no recuerdo nada más, estoy sola en este desierto.

¿Cómo llegué hasta aquí?. Tampoco lo sé, tal vez nunca lo averigüe.

Puede que tal vez me hayan transportado con la flor turquesa, regalo para alguna doncella del desierto

Pretendo volar, no puedo. Imagino que debo llevar mucho tiempo durmiendo

Mis alas han perdido fuerzas

Necesito que alguien se acerque a mí, que me guíe

Miro a mi alrededor y solo veo arena.

Comienzo a andar como puedo, porque si me quedo quieta sé que muero

El instinto de supervivencia no me ha abandonado

Me cruzo con otro ser vivo, repta dejando surcos en la arena

Le hablo, le pregunto para donde puedo ir, se ríe y no me contesta

Más adelante aparece otro ser, me acerco y huye cavando un hueco en la arena

No se si soy yo que me siento víctima de las circunstancias, o en este lugar reina la insolidaridad y la desolación.

Sigo, no quiero morir, no quiero acabar mis días sin descubrir que me ha pasado, porque llegué hasta aquí, que he hecho, que quiere de mí la vida y que me depara el destino.

Pierdo las fuerzas, pero no la fe, estoy convencida de que la vida me depara un aprendizaje y final feliz

Que todo esto es un error, una pesadilla.

Saco fuerza de mi interior, de mi voluntad y no me resigno

A lo lejos veo otros pájaros como yo, enormes, no los tengo que llamar, vienen volando a mi rescate

Sabía que no debía perder la fe, que debía confiar, que la vida está llena de oportunidades

Que existe el buen corazón, el altruismo, la solidaridad

¿Pero como pude dudar?

Llegan a mi rescate!, sabía que debía confiar en mis corazonadas

Mientras espero pienso en mi nido, en mis huevos, en mis amigos

En todo lo bello que he vivido, en el reencuentro, en la experiencia vivida

En lo que debo capitalizar de estar aquí en este desierto.

Se acercan a ayudarme y yo que pensaba que todos los seres del desierto eran hostiles

Están cada vez más cerca……

Me dan la bienvenida describiendo círculos en el cielo

Me relajo, confío y me dejo llevar por este sentimiento de protección

Dejo las fuerzas a un lado, no las necesito para sobrevivir, ya están aquí para sacarme de este infierno.

Me duermo y desaparezco.

Las aves carroñeras han sido las únicas que han venido a mi rescate en el desierto……

Flor Moragas

Moraleja: No esperes nada de nadie. ¡Sálvate a ti misma!