No le temas al infierno

No le temas al infierno, porque tarde o temprano lo visitarás.

No le temas al infierno que es la mejor escuela para aprender.

La escuela donde se ponen en prácticas tus capacidades, se ponen a prueba tus principios, donde tomas conciencia de quien eres realmente y hasta donde puedes llegar.

No le temas al infierno porque es un lugar de paso.

Por el contrario, témele al paraíso, a ese lugar idílico en el que creemos vivir o aspiramos entrar.

Un lugar construido a base de expectativas que te han impuesto y que seguro te decepcionarán.

Témele al conformismo, al pseudo estado de bienestar, témele a la colección de objetos que de nada te servirán.

Témele al egoísmo, témele a todo sentimiento que te haga aspirar al paraíso terrenal cueste lo que cueste.

Témele al éxito, témele a la falta de memoria, a la falta de sensibilidad y empatía hacia los demás.

El infierno por el contrario no te decepcionará, porque allí encontrarás la esencia de tu persona y de las personas que merecen la pena. Aquellas que te sostienen la mano, bajan contigo al averno el tiempo que sea necesario,  y te enseñan a hacer el click que necesitas para evolucionar como persona. Para ver más allá de las máscaras, de las apariencias, de los espejitos  de colores, de las promesas que se las llevan el viento.

Cuando sales del infierno, no eres la misma persona y  tomas conciencia,  que el infierno,  es solo un lugar de metamorfosis.

Justo cuando la oruga pensó que el mundo llegaría a su fin, se convirtió en mariposa