Que daño hace el ego!. El ego aleja, el ego resta, el ego es una mochila que se llena de tristeza y resentimiento. El ego es una puerta cerrada en el alma.

Es ego es capaz de disfrazarse de excusa, de dolor, de victimismo, de olvido, de mentiras que se vuelven realidad, por no haber expresado, por no haber escuchado con el alma. El ego es cobardía , es no tener la valentía de enfrentarse, de mirar a los ojos como reflejos del alma. El ego te cierra  a la oportunidad de hablar con el corazón en la mano, con un abrazo que derrite, tratando de sentir lo que el otro siente, tratando de empatizar con quien se tiene enfrente.

El ego te lleva a la ignorancia, a la pérdida de oportunidades de acercamiento, te lleva a morir sin vivenciar esas experiencias únicas,  que vivías cuando tu ego, no dominaba tu existencia.

Hay verdades incómodas o tal vez juicios hechos y recibidos que hieren tu ego, y tu ego manda sobre el deseo, sobre tu corazón, sobre tus auténticos deseos.

Las personas equilibradas emocionales, plenas, seguras de sí misma, renuncian al ego. Saben que es solo una cadena al corazón. Un bloqueo al fluir normal de las emociones. Que el ego es uno de los sentimientos más primitivos, causantes de mucho daño en quien no puede desprenderse de él.

El ego te enferma el alma y te convierte en ciego.

Si el ego desapareciera de la sociedad, de las relaciones interpersonales, el mundo sería increíblemente más bello. No existiría el rencor, la rivalidad, la ironía, la falsedad, la envidia, la guerra.

Cuando estudiaba conducta animal en la carrera, hablamos de la guerra en el mundo animal, siempre causada por la ausencia de un recurso (comida, hembras reproductivas, etc), la guerra como necesidad de supervivencia de la especia. Una vez desaparecida la escasez  en el recurso, desaparecía la guerra y se retomaba la paz.

Los hombres no solo somos capaces de continuar en guerras, hasta en períodos de paz, sino además tenemos la capacidad de perfeccionarlas y llevarlas a todos los ámbitos.

El ego es causante de guerras, de desamores, desuniones. Es capaz de generar deslealtades, mentiras, por ganarle al que haya osado herir el ego. El ego te mantiene siempre en alerta, protegiendo su supervivencia.

El ego te hace crearte enemigos que no hay, situaciones desagradables, alejamientos absurdos. Y esos alejamientos traen más alejamientos y más pérdidas, se vuelve exponencial. Pierdes más que lo que defiendes.

El ego te hace perder la esencia de la vida, te hará morir sin haber compartido momentos con personas,  que te quieren y te aportan. Porque el ego es siempre una puerta cerrada.

El ego en realidad,  es el miedo y la inseguridad,  disfrazados de ego.

 Vaquera del espacio